María Esther Beltrán Martínez Fotos J.Carlos Santana
Málaga, España.- El once de noviembre se celebra el bicentenario del nacimiento del escritor Fiódor Dostoievski (1821-1881) rebasa el hecho de que se trate de uno de los más grandes escritores rusos. Además, Dostoievski, cuyo bicentenario se celebra este año 2021, fue un gran amante del arte, asunto al que dedicó numerosos artículos, y mantuvo relaciones de amistad con muchos pintores.
En Málaga, la Colección del Museo Ruso presenta una exposición compuesta por 16 lienzos y cuatro esculturas procedentes del Palacio de Ingenieros que actualmente es uno de los edificios que pertenecen al Museo Estatal Ruso de San Petersburgo. La imagen del escritor ruso fue reproducida por pintores y artistas gráficos y se conservan numerosas fotografías que fueron tomadas en vida.
La exposición que se presenta en la colección del museo reúne retratos de Dostoievski; además de la máscara funeraria, realizada por un escultor desconocido. En estas obras se puede apreciar como la mayoría de estos artistas plásticos en sus creaciones muestran el dramatismo que el escritor reflejaba en sus obras literarias.
Además, se han seleccionado una serie de trabajos entre los que se puede ver dibujos de su rostro, las estancias en las que creaba sus novelas y cuentos además de ilustraciones de sus obras el nexo que une al escritor con el museo ruso.
“Entre la enorme cantidad de obras disponibles, para esta exposición en Málaga hemos seleccionado una docena de dibujos de varios artistas. Algunos de ellos se limitan a ofrecer, mediante diáfanas siluetas, los detalles de los interiores en los que se mueven los personajes. Es el caso de Mark Kliachko y la serie El sueño de un hombre ridículo creada en la década de 1960. Otros, como Aleksandra Korsakova (Rudovich), consiguen transmitir la atmósfera inquietante de una novela como Los hermanos Karamázov por medio de la suave huella que la sanguina amarilla deja en el papel. En los primeros años de la década de 1970, Vitali Goriaev, uno de los más fieles admiradores de Dostoievski, ilustró muchas de sus obras. Pero ninguna de ellas centró más su atención que El idiota”, explican responsables de la exposición.
Goryaev, como otros ilustradores de Dostoievski, no se ocupa de los pormenores de la historia narrada en el libro -cometan-. Las escenas en las que aparecen Nastasia Filíppovna o el príncipe Myshkin son representadas a modo de sueños o apariciones, como persiguiendo que quien las contemple estuviera escuchando el texto y en su imaginación fueran surgiendo las imágenes creadas por el sombreado del lápiz. Los textos de Dostoievski han sido objeto de un gran número de ilustraciones a lo largo de los años. Al seleccionar una pequeña parte de ellas, y mostrarlas junto a los retratos del escritor, el Museo Ruso quiere que el genial novelista, que tanto aportó a la cultura universal, reviva en la memoria de quienes visiten la Tabacalera de Málaga.